Reproducción
Las hembras maduran sexualmente de media en torno a los 9 años y los machos en torno a los 10 y, aunque muchos mueren a causa de los depredadores cuando son todavía unas crías, si llegan a adultos pueden vivir unos 50 años. El apareamiento tiene lugar entre julio y agosto, y la puesta de huevos en septiembre, para evitar los calurosos meses de verano y permitir la posibilidad de un segundo acoplamiento. Durante este periodo, los machos combaten por las hembras y por el territorio, luchando entre ellos levantándose sobre sus patas traseras, hasta que el perdedor queda sometido en el suelo. Los machos pueden vomitar o defecar mientras se preparan para la lucha. El ganador del combate tocará con su larga lengua a la hembra para obtener información sobre su receptividad. Las hembras son hostiles y durante las primeras fases del cotejo sexual se resisten con las zarpas y los dientes, por lo que el macho tiene que inmovilizar completamente a la hembra durante el coito para evitar resultar herido. Las demostraciones de cortejo del macho incluyen frotar el mentón sobre la hembra, fuertes arañazos en la espalda y lameduras. La copulación tiene lugar cuando el macho inserta uno de sus hemipenes en la cloaca de la hembra. Después del acoplamiento, algunos machos se quedan con la hembra durante unos días para impedir a otros machos aparearse con ella. Los dragones de Komodo pueden ser monógamos y formar vínculos de pareja, un comportamiento raro en los lagartos.
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